jueves, 10 de marzo de 2011

1962 / Hay que poner al oprimido en presencia de la libertad para que él decida.


La causa de la libertad es tanto del otro como mía, es universal. Hay que poner al oprimido en presencia de la libertad para que él decida. Aquí toma sentido el vocablo "educación".

Solo respetamos la libertad cuando se destina a la libertad. No es cierto que la libertad del otro limita mi libertad, la existencia del otro, en tanto que libertad, define mi situación y ella es, precisamente, la condición de mi “libertad". Se me oprime si se me encarcela no si se me impide encarcelar a mi vecino.

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