Cuando un inconveniente nos coloca en un círculo vicioso, cuando tenemos la situación interna de que no hay salida en esa situación en la que estamos, cuando no podemos movernos en ninguna dirección, decimos que estamos sumidos en la contradicción. Lo característico de la contradicción es el sentimiento de no salida, es el sentimiento del “repetir situaciones”, no es eso lo característico del problema o el inconveniente diario. Mucha gente cree que cualquier problemita le genera contradicción, entonces, como todo le genera contradicción, tiene que vivir adentro de una vitrina y parece que es el vivir adentro de la vitrina lo que le crea contradicción. Hay una gran diferencia con esto de los inconvenientes, que si los agrandamos, convertimos a la gente en temerosa, pusilánime, de manera que hemos llegado a este punto: a hablar del sufrimiento referido a la contradicción.
Nuestro problema es el problema del sufrimiento humano, y la ruptura del sufrimiento tiene que ver con la ruptura de la contradicción. Nuestro Trabajo Interno, la aplicación de determinados principios en la vida diaria, pretende, con suavidad, amablemente, sin violencia interna, ir rompiendo las contradicciones a las que estamos sometidos. Nosotros no planteamos el Trabajo Interno con violencia, no creemos que se pueda salir de la contradicción de un día para otro, nosotros creemos que se puede abrir, en cambio, brechas, rumbos frente a la contradicción. En esta época en que vivimos, tan vistosa, tan llena de efectos, de fenómenos tan espectaculares, semejantes planteos no tienen ningún sabor, ninguna cosa interesante, quiero decir que en épocas espectaculares, los planteos tienen que ser espectaculares. Es interesante disfrazarse, es interesante importar gurúes, es importante rodearse de halos misteriosos, porque eso puedo competir con todos los artículos de la sociedad de consumo, pero de ninguna manera puede competir con un planteo tan humilde como el que venimos haciendo. Parece entonces que nuestro planteo no es entonces, un planteo de competencia, es más bien un planteo suave, de buena voluntad y que ni siquiera sirve para todas las personas, sino que sirve para unos pocos que son también un poco, como humildes internamente, los planteos brillantes son para las gentes brillantes, y los planteos humildes son para las gentes humildes. Eso es un poco lo que pasa con nuestras proposiciones.
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