A. SUPUESTOS
Ante el fenómeno, la conciencia estructura. La estructuración del pensar denota la concomitancia entre fenómeno y conciencia. Por tanto, el fenómeno (en cuanto experiencia) está encuadrado por el interés de la conciencia. Desde luego, puede decirse que el interés queda encuadrado por el fenómeno, lo cual es también válido.
La estructura fenómeno-conciencia es dinámica, por tanto también lo es el sistema de intereses
puestos en distintos tiempos.
De la variabilidad de los intereses puede abstraerse el “momento” del pensar.
Se habla entonces del “momento del pensar” cuando se fija un interés.
La fijación de un interés es, desde luego, un grado de determinación del pensar. Es ese grado de determinación del pensar el que pone los “límites”, el que fija los ámbitos que pueden o no estar explícitamente manifestados.
“Interés” y “ámbito” son propios de la abstracción del pensar frente a la movilidad del fenómeno-conciencia.
La fijación de interés y ámbito es, por cierto, diferencial; es relacionadora entre las diferencias, y es sintetizadora de las relaciones efectuadas entre las diferencias.
Fijar un interés o fijar un ámbito es antes que nada: diferenciar.
Las diferencias guardan relación ambital, se relacionan por cuanto están en un ámbito fijado, siendo la relación también efectuada por diferencias.
Si se dijera, por ejemplo, que de acuerdo a esto, la relación A = A no procede por diferencia, habría que destacar: 1º. que hay un ámbito de relación fijado dado por la igualdad (no la adición, ni otra relación), lo cual desde ya procede por diferencias con otros ámbitos; 2º. en cuanto a la entidad A que se relaciona consigo misma y a la cual se le asigna “identidad”, tal cosa es posible porque se la diferencia de otras entidades (B, C, D, etc.); 3º. A, como primer término de la relación, aparece como idéntico a sí mismo sólo si se lo piensa como “momento” del pensar, y en tanto se lo diferencie de otro momento. De acuerdo a esto, aun la relación de identidad aparece como diferencia entre términos para el pensar. Se separan las diferencias de los actos del pensar (diferencia de la diferencia) y se establece la relación entre términos que es, a su vez, diferencia ante otro tipo de relación y diferencia en cuanto a otros términos de la relación.
La síntesis establecida del modo: A = A, surge como diferencia de los otros momentos del pensar y como nuevo ámbito diferencial que pone el pensar.
La síntesis asume las diferencias de la relación, estructurándolas ponderativamente, por tanto diferenciando a las diferencias que no coinciden con el nuevo ámbito que ponen.
Es la diferencia entre los momentos del pensar la que permite establecer igualdades en un nuevo momento del pensar.
Ante el fenómeno, la conciencia estructura. La estructuración del pensar denota la concomitancia entre fenómeno y conciencia. Por tanto, el fenómeno (en cuanto experiencia) está encuadrado por el interés de la conciencia. Desde luego, puede decirse que el interés queda encuadrado por el fenómeno, lo cual es también válido.
La estructura fenómeno-conciencia es dinámica, por tanto también lo es el sistema de intereses
puestos en distintos tiempos.
De la variabilidad de los intereses puede abstraerse el “momento” del pensar.
Se habla entonces del “momento del pensar” cuando se fija un interés.
La fijación de un interés es, desde luego, un grado de determinación del pensar. Es ese grado de determinación del pensar el que pone los “límites”, el que fija los ámbitos que pueden o no estar explícitamente manifestados.
“Interés” y “ámbito” son propios de la abstracción del pensar frente a la movilidad del fenómeno-conciencia.
La fijación de interés y ámbito es, por cierto, diferencial; es relacionadora entre las diferencias, y es sintetizadora de las relaciones efectuadas entre las diferencias.
Fijar un interés o fijar un ámbito es antes que nada: diferenciar.
Las diferencias guardan relación ambital, se relacionan por cuanto están en un ámbito fijado, siendo la relación también efectuada por diferencias.
Si se dijera, por ejemplo, que de acuerdo a esto, la relación A = A no procede por diferencia, habría que destacar: 1º. que hay un ámbito de relación fijado dado por la igualdad (no la adición, ni otra relación), lo cual desde ya procede por diferencias con otros ámbitos; 2º. en cuanto a la entidad A que se relaciona consigo misma y a la cual se le asigna “identidad”, tal cosa es posible porque se la diferencia de otras entidades (B, C, D, etc.); 3º. A, como primer término de la relación, aparece como idéntico a sí mismo sólo si se lo piensa como “momento” del pensar, y en tanto se lo diferencie de otro momento. De acuerdo a esto, aun la relación de identidad aparece como diferencia entre términos para el pensar. Se separan las diferencias de los actos del pensar (diferencia de la diferencia) y se establece la relación entre términos que es, a su vez, diferencia ante otro tipo de relación y diferencia en cuanto a otros términos de la relación.
La síntesis establecida del modo: A = A, surge como diferencia de los otros momentos del pensar y como nuevo ámbito diferencial que pone el pensar.
La síntesis asume las diferencias de la relación, estructurándolas ponderativamente, por tanto diferenciando a las diferencias que no coinciden con el nuevo ámbito que ponen.
Es la diferencia entre los momentos del pensar la que permite establecer igualdades en un nuevo momento del pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario