miércoles, 25 de mayo de 2011

EXORDIO DEL PODER JOVEN (Fragmento)


El marxismo advirtió a su modo el hecho y proclamó: "Una vez desaparecidos los antagonismos de clases en el curso de su desenvolvimiento y estando concentrada toda la producción en manos de los individuos asociados, entonces perderá el poder público su carácter político. El poder público hablando propiamente, es el poder organizado de una clase para la opresión de las otras. Si el proletariado en su lucha contra la burguesía, se constituye fuertemente en clase; si se erige por una revolución en clase directora y como clase directora destruye violentamente las antiguas relaciones de producción, destruye al mismo tiempo que estas relaciones de producción, las condiciones de existencia del antagonismo de clases, destruye las clases en general y, por lo tanto, su propia dominación como clase en sustitución de la antigua sociedad burguesa, con sus clases y antagonismos de clases, surgirá una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno sea la condición del libre desenvolvimiento de todos" (Manifiesto - Proletarios y Comunistas).
Hermoso párrafo, en el que campea la frescura libertaria. Un gran avance en la percepción del problema del poder político. Desafortunadamente, el poder pasa a manos de una minoría de la generación que lo conquista y retiene, frente al avance de las nuevas que posteriormente lo tomarán para sí. El problema de la substitución del aparato político por la organización social, debe estar claro para las nuevas generaciones revolucionarias desde el primer momento, porque tal comprensión hará que en las organizaciones de lucha sea reemplazado todo centralismo y verticalidad por la horizontalidad, la flexibilidad, la espontaneidad. De otro modo, la verticalidad y la centralización se instalarán en el nuevo Estado, en reemplazo de la verticalidad y la centralización anteriores. Luego vendrán las etapas del culto a la personalidad y surgirán antagonismos entre la nueva clase y el pueblo, entre países socialistas, etc. Ejemplos todos que aún a riesgo de ser considerados derrotistas por las otras corrientes revolucionarias, no podemos darnos el lujo de ignorar.

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