Desde el diseño gráfico, pasando por la fotografía, el film, la tv, los sistemas multimedia y avanzando hacia la realidad virtual, el sistema ha ido descubriendo progresivamente que en la imagen hay un gran poder. Pero al sistema le pasa hoy con la imagen algo similar a lo que sucedía hace algún tiempo con los materiales radioactivos: al comienzo se desarrolló enormemente la industria de extracción de los minerales radioactivos pero se sabia muy poco de cómo manipularlos; es decir la tecnología de extracción estaba avanzada y la tecnología de manipulación estaba muy poco desarrollada. Hoy ocurre que la tecnología de producción de la imagen está muy desarrollada pero el sistema sabe muy poco o casi nada acerca de la sicología de la imagen.
El sistema no sabe cómo opera la dinámica de la imagen en el siquismo humano, por eso el desarrollo transferencial es tan pobre en el ámbito de la imagen. Al desconocer el funcionamiento de las imágenes y avanzar en la tecnología de producción y distribución de imágenes; el sistema en su torpe búsqueda del monopolio de la imagen, necesariamente cometerá errores de saturación e irritación que llevarán a la producción de reacciones de rebote sicosocial por parte de la población hacia los medios y los vehículos transmisores de imágenes. Debido a la falta de conocimiento del sistema de este tipo de fenómenos y de la dinámica de la imagen, no podrán suponer que estas cosas puedan ocurrir y por lo tanto no harán nada para evitarlas.
Una de las guerras nuestras en los próximos años es la guerra por la imagen, no en los medios de comunicación sino dentro de la cabeza de las personas. El sistema sabe que la imagen opera y que por lo tanto para ellos puede producir dinero, que puede resultar un buen negocio. La imagen es un caso particular del capítulo de la sicología de los impulsos. La guerra por la imagen, gran problema de esta época, y que será un gran tema en nuestra discusión de los próximos años es una particularidad de la sicología de los impulsos..
Es conveniente aclarar que una cosa son las ideas y otra cosa son las imágenes; las ideas esclarecen pero no necesariamente mueven, las imágenes mueven pero no necesariamente esclarecen. En nuestras reuniones nosotros hacemos esclarecimientos, experiencias guiadas y propuestas de acción. Nuestro motor no es la transmisión de las ideas, sino la transmisión de las imágenes. Las ideas pueden producir acuerdo y no producir acción. Alguien puede decir yo estoy de acuerdo con lo que usted dice y al final de toda su explicación decirme: “Estoy de acuerdo con todo lo que usted dice (acuerdo en las ideas) pero no voy a ir al operativo (negación de la acción) que Ud. me invita por que tengo una cita a comer donde mi tía (imagen movilizadora). Es decir, puede que sigan mi lógica, compartan mi razonamiento y estén totalmente de acuerdo con mi conclusión (El FMI y el sistema ..... por lo tanto debemos hacer ....) y no se muevan en la dirección propuesta a pesar de todo ello.
Para moverme necesito imágenes (creencias) no ideas. El lío actual de las ideologías es ese, no tienen en cuenta las imágenes; el sistema con una pésima ideología le lleva ventaja a todas las otras ideologías porque controla los medios de comunicación de imágenes aunque no sepa nada de la dinámica de la imagen. Nosotros tenemos ideología y además conocemos, controlamos y manejamos la sicología de la imagen, es decir, tenemos todo; solo es cuestión de poner en marcha todo lo que tenemos. A nosotros no nos basta con que la gente que se acerca tenga acuerdo con las ideas, a nosotros nos interesa la conversión de las personas.
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