Hay gentes que tienen problemas en la vida cotidiana, entonces quisieran encontrarse con una especie de ámbito de paz para su desarrollo interno. Muy bien. Les digo ésto, porque se ha hecho muchas veces, no es improvisación, se ha experimentado. Entonces tomamos a este señor, a esta señora que tiene ese problema en la vida cotidiana, nos lo llevamos a ese lugar donde se produce una especie de vacío de condiciones externas, lo llevamos a ese lugar y empiezan a producirse funcionamientos raros, por ejemplo, mientras está en ese lugar se la pasa pensando en el otro lugar. ¿Pero qué es ésto? Así que sucede que él tiene grandes problemas acá y él está preocupado por esa cosa interna, entonces lo traemos acá. Ahora ya está en esas condiciones. Ahora el mayor problema de él acá es que está pensando todo el tiempo, acá. Entonces, eso de que viene de acá a acá, eso es totalmente superficial. Eso pertenece también al campo de lo biográfico, de lo periférico, de lo no resuelto. Usted lo que tiene que hacer es resolver las cosas..., ¡ah, y párece bien y vaya para allá! (risas). Eso es lo que tiene que hacer usted y no andar con esos rollos! (risas). Entonces siempre aparece una ambigüedad en nosotros con el tema, siempre hay una ambigüedad. Que se acerca uno y empieza a hablar de lo espiritual y nosotros ya..., ¿eeeh?... ¿Y qué espiritual?, ¿a ver, donde está el espíritu, a ver? (risas). ¿Qué ha comido hoy, cuántas horas durmió? Claro porque esta otra historia ya la tenemos muy sabida.
En realidad, estos de las búsquedas profundas y demás hablan poco del espíritu, de la profundidad, de eso, poco. Los que hablan mucho de eso es como lo que hablan mucho del amor. Y cada vez que alguien menciona la palabra espíritu, yo cuido el bolsillo (risas).
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