Podemos hablar de la fuerza como una experiencia que se tiene como resultado de aplicar una técnica, como resultado de condiciones especiales y sería una forma de verla. Pero también puede ser un registro que empieza a aparecer con cierta frecuencia hasta que se vuelve constante y creciente.
Eso depende de la fe y la fe depende de mantener tu línea de acción en una dirección a pesar que te deprimas, de que te sientas débil o que te sientas sin energía, etc.
Si tú eliges un camino que te parece el adecuado y lo mantienes, el día que amaneces deprimido lo mantienes, y el día que tu novio te abandona, te engaña y tienes un conflicto amoroso, lo mantienes y te la juegas todo en esa dirección, entonces irrumpe un fenómeno que se conoce como fe interna. Y ese fenómeno se manifiesta como fuerza. Pero básicamente todo depende de que elijas una dirección y la mantengas pase lo que pase.
Y que no digas: la condición para que yo mantenga la dirección es que aparezca la fuerza. NO. Es totalmente lo contrario. La condición para que aparezca la fuerza es que mantengas la dirección.
La dirección es algo que sea positivo para tí y para otros. Si alguien es alcohólico y se dice: “no tomo más”, eso es bueno para él y de todas maneras va a tener efecto sobre otros. Si el mantiene la dirección, los primeros días seguramente que se va a deprimir, no le va a aparecer la fuerza, se va a sentir solo y abandonado por sus amigos, por sus enemigos, por Dios, por todo el mundo. Pero mantiene la dirección...
Esa es la parte que tienes que hacer, un esfuerzo. Romper un umbral. Un esfuerzo volitivo de corteza cerebral. Eso es inevitable.
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