En los últimos siglos la visión positivista ha reducido al Ser Humano a un organismo, a un animal racional, a algo que nace, crece, se capacita, trabaja, se reproduce, se enferma y muere. Tu vas a tu oficina y te sientas junto a un compañero de trabajo, que sientes del otro? Sientes que el nació, que creció, que se capacitó, está trabajando contigo, tiene hijos (se reprodujo), está enfermo o se puede enfermar y puede morir o necesariamente va a morir. Eso que sientes es la visión que tiene el sistema del Ser Humano: es un organismo que nace, crece, se capacita, se reproduce, trabaja, se enferma y muere.
El real Ser Humano, ese que va hacia el infinito, ese que descubre y manipula el átomo, ese que transforma el universo en bits, ese que decodifica y puede manipular a su antojo el código genético y con eso trasformará aún más su naturaleza, ese que cuando se le dice que la técnica genera desempleo está dispuesto a reestructurar la organización social para liberar al hombre del trabajo y permitir que la tecnología siga su desarrollo, ese que se rebela de sólo ser considerado un animal racional que nace, crece, se reproduce, se capacita, trabaja, se enferma y muere; ese que mira su cuerpo y lo considera una antigüedad primitiva para el desarrollo de su conciencia, ese que se rebela ante la muerte, ese ser humano que aún no define la filosofía, ni la sicología, ni las ciencias sociales, .... ese ser humano, el real ser humano, ese ya está apareciendo.
¿Ese ser humano va a cometer errores? Por supuesto que va a cometer errores, pero no podría ser de otro modo, ese proceso no va parar de ninguna manera. Así las fuerzas antihumanistas intenten frenar estos procesos, ... esos procesos se van a abrir paso.
La conciencia humana se va a librar de muchas de las ataduras que hoy la limitan: el trabajo, las limitaciones del cuerpo....
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