miércoles, 10 de noviembre de 2010

1972 / EL CONCEPTO DEL FRACASO


Fragmento de Meditación Trascendental / 4 Conferencias de Silo

Cuando mi núcleo de ensueño es tan poderoso que se me aparece como una imagen en el futuro (algo que quiero aprehender, algo que quiero apresar) hacia la cual me dirijo a lo largo de los años, al paso de los años, en mucho tiempo; es muy difícil que dada esa tendencia en la que estoy lanzado, alguien pueda provocar en mí desvíos. Mientras estoy ilusionado con esa vía, mientras creo que ahí está la solución de todos mis conflictos, de todos mis problemas, una doctrina como la que estamos exponiendo no podría hacer mella en semejante caparazón elefanteásica. ¿Qué podríamos nosotros con una persona que tiene la certeza de que en tanto tiempo va a conseguir tantos millones de dólares? Qué efecto podría producirle que uno se le pusiera al lado y le dijera: "¡Oiga! ¿Por qué no estudia sus problemas?" ¿Se dan cuenta de que para quien está ilusionado en ese sentido, con una línea que nada tiene que ver con la línea que nosotros proponemos, es imposible llegar a él?

El concepto de fracaso tiene que ver con eso.

Unicamente cuando alguien descubre que sus objetivos no se cumplen, cuándo ve que ya no se van a concretar, cuando efectivamente siente el vacío interno... el no cumplimiento de sus ansiedades y de sus deseos, recién se puede hablar con él en otros términos.

No estoy hablando del resentimiento. Aquel que se resiente, o aquel que está en estado de venganza con algo, sigue aferrado a algo. Observen qué les pasa cuando odian a alguien.

Cuando odian a alguien ustedes están dependiendo del objeto odiado, están ilusionados con ese objeto. Mientras no dejen de lado el objeto que odian, ustedes no son libres de él. Paradójica situación: más odian y más dependen de lo odiado.

Alguien enseñó hace mucho tiempo (tal vez por razones técnicas más que morales) que el odio era una burrada... (risas). Más vale perdonar que seguir ligado a la venganza, ¿no es cierto?

En este sentido y ahora ya viéndolo no importa si positiva o negativamente, en la medida en que alguien no experimente en sí la sensación de fracaso, es decir: provoque en si el desvío del ensueño, es imposible para él, la evolución dentro de estos planteos que nosotros hacemos.

"Bienaventurados los pobres de espíritu", ¿no es cierto? Bienaventurados aquellos que llevan el fracaso en su corazón sin resentimiento y sin venganza, porque ellos pueden evolucionar.

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