II. DISPOSICION PARA COMPRENDER
1. Sé cómo te sientes porque a tu estado puedo experimentarlo, pero tú no sabes cómo se experimenta lo que digo. Por consiguiente, si te hablo con desinterés de aquello que hace feliz y libre al ser humano, vale la pena que intentes comprender.
2. No pienses que vas a comprender discutiendo conmigo. Si crees que contrariando ésto, tu entendimiento se aclara, puedes hacerlo, pero no es ese el camino que corresponde en este caso.
3. Si me preguntas cuál es la actitud que conviene, te diré que es la de meditar en profundidad y sin apuro lo que te explico aquí.
4. Si replicas que tienes cosas más urgentes en qué ocuparte, responderé que siendo tu deseo dormir o morir, no haré nada para oponerme.
5. No argumentes tampoco, que te desagrada mi modo de presentar las cosas, porque eso no dices de la cáscara cuando te agrada el fruto.
6. Expongo del modo que me parece conveniente, no del que fuera deseable para quienes aspiran a cosas alejadas de la verdad interior.
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