martes, 23 de noviembre de 2010

LA MIRADA INTERNA (4): LA DEPENDENCIA


IV. LA DEPENDENCIA

El día segundo:

1. Todo lo que hago, siento y pienso, no depende de mí.

2. Soy variable y dependo de la acción del medio. Cuando quiero cambiar al medio o a mi “yo”, es el medio el que me cambia. Entonces, busco la ciudad o la naturaleza, la redención social o una nueva lucha que justifique mi existencia... En cada uno de esos casos, el medio me lleva a decidir por una u otra actitud. De tal manera, mis intereses y el medio aquí me dejan.

3. Digo entonces, que no importa qué o quién decide. Digo en esas ocasiones que tengo que vivir, ya que estoy en situación de vivir. Digo todo ésto, pero no hay nada que lo justifique. Puedo decidirme, vacilar o permanecer. De todas maneras, una cosa es mejor que otra provisoriamente, pero no hay “mejor” ni “peor” en definitiva.

4. Si alguien me dice que aquel que no come muere, le responderé que así es, en efecto, y que está obligado a comer aguijoneado por sus necesidades, pero no agregaré a ésto que su lucha por comer justifica su existencia. Tampoco diré que ello sea malo. Diré, con sencillez, que se trata de un hecho individual o colectivamente necesario para la subsistencia, pero sin sentido en el momento en que se pierde la última batalla.

5. Diré, además, que me solidarizo con la lucha del pobre y del explotado y del perseguido. Diré que me siento “realizado” con tal identificación, pero comprenderé que nada justifico.

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