martes, 23 de noviembre de 2010

LA MIRADA INTERNA (13): LOS PRINCIPIOS


XIII. LOS PRINCIPIOS

Distinta es la actitud frente a la vida y a las cosas, cuando la revelación interna hiere como el rayo.

Siguiendo los pasos lentamente, meditando lo dicho y lo por decir aún, puedes convertir el sin-sentido en sentido.

No es indiferente lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, está expuesta ante posibilidades a escoger.

Yo no te hablo de libertad. Te hablo de liberación, de movimiento, de proceso. No te hablo de libertad como algo quieto, sino de liberarse paso a paso, como se va liberando del necesario camino recorrido el que se acerca a su ciudad.

Entonces, “lo que se debe hacer” no depende de una moral lejana, incomprensible y convencional, sino de leyes: leyes de vida, de luz, de evolución.

He aquí los llamados “Principios”, que pueden ayudar en la búsqueda de la unidad interior.

1. Ir contra la evolución de las cosas, es ir contra uno mismo.

2. Cuando fuerzas algo hacia un fin, produces lo contrario.

3. No te opongas a una gran fuerza. Retrocede hasta que aquella se debilite; entonces, avanza con resolución.

4. Las cosas están bien cuando marchan en conjunto, no aisladamente.

5. Si para tí están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones.

6. Si persigues el placer, te encadenas al sufrimiento. Pero, en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente.

7. Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces, lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas.

8. Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz, no cuando quieras resolverlos.

9. Cuando perjudicas a los demás, quedas encadenado. Pero, si no perjudicas a otros, puedes hacer cuanto quieras con libertad.

10. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas.

11. No importa en que bando te hayan puesto los acontecimientos, lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando.

12. Los actos contradictorios o unitivos se acumulan en ti. Si repites tus actos de unidad interna, ya nada podrá detenerte.

Serás como una fuerza de la Naturaleza, cuando a su paso no encuentra resistencia. Aprende a distinguir aquello que es dificultad, problema, inconveniente, de ésto que es contradicción. Si aquellos te mueven o te incitan, esta te inmoviliza en círculo cerrado.

Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón; o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece en tu interior. Cuando te suceda lo contrario, pide con fe y aquel agradecimiento que acumulaste volverá convertido y ampliado en beneficio.

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