VIII. CONTROL DE LA FUERZA
El día sexto:
1. Hay una forma de dirigir y concentrar la Fuerza que circula por el cuerpo.
2. Hay puntos de control en el cuerpo. De ellos depende lo que conocemos como movimiento, emoción e idea. Cuando la energía actúa en esos puntos, se producen las manifestaciones motrices, emotivas e intelectuales.
3. Según la energía actúe más interna o superficialmente en el cuerpo, surge el sueño profundo, el semisueño, o el estado de despierto... Seguramente, las aureolas que rodean el cuerpo o la cabeza de los santos (o de los grandes despiertos), en las pinturas de las religiones, aluden a ese fenómeno de la energía que, en ocasiones, se manifiesta más externamente.
4. Hay un punto de control del estar-despierto-verdadero y hay una forma de llevar la Fuerza hasta él.
5. Cuando se lleva la energía a ese lugar, todos los otros puntos de control se mueven alteradamente.
Al entender ésto y lanzar la Fuerza a ese punto superior, todo mi cuerpo sintió el impacto de una energía enorme y ella golpeó fuertemente en mi conciencia, y ascendí de comprensión en comprensión. Pero también observé que podía bajar hacia las profundidades de la mente, si perdía el control de la energía. Recordé entonces, las leyendas sobre los “cielos” y los “infiernos” y vi la línea divisoria entre ambos estados mentales.
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