VII. PRESENCIA DE LA FUERZA
El día quinto:
1. Cuando estaba realmente despierto, iba escalando de comprensión en comprensión.
2. Cuando estaba realmente despierto y me faltaba vigor para continuar en el ascenso, podía extraer la Fuerza de mí mismo. Ella estaba en todo mi cuerpo. Toda la energía estaba hasta en las más pequeñas células de mi cuerpo. Esta energía circulaba y era más veloz e intensa que la sangre.
3. Descubrí que la energía se concentraba en los puntos de mi cuerpo cuando éstos actuaban y se ausentaba cuando en ellos no había acción.
4. Durante las enfermedades, la energía faltaba o se acumulaba exactamente en los puntos afectados. Pero, si lograba restablecer su pasaje normal, muchas enfermedades empezaban a retroceder.
Algunos pueblos conocieron ésto y actuaron restableciendo la energía mediante diversos procedimientos, hoy extraños a nosotros.
Algunos pueblos conocieron ésto y actuaron sus elegidos, comunicando esa energía a otros, y se produjeron “iluminaciones” de comprensión y hasta “milagros” físicos.
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